Este año he leído muchas cosas que hacen referencia a la aceptación del cuerpo, a la cultura de las dietas, el estigma de la delgadez, o la idea de tener que ser extra delgados como los modelos de los medios de comunicación… y no es que no esté de acuerdo, pero me parece que se ha malinterpretado esta idea, no hay nada malo en verse de otra manera, o en ser una u otra talla, la cuestión es que siempre tomamos los datos a nuestra conveniencia.
Y no es que sea una nazi de la delgadez, sólo me parece que si tienes un grado de obesidad mórbida en realidad no te sientes bien, al igual que las personas que tienen anorexia o bajo peso; puede que no tengas dislipidemias, ni te duelan las rodillas (aún) pero a largo o mediano pasará y el tema es: algo está pasando dentro que te impide realizar las tareas de autocuidado.
Hay teorías padrísimas que dicen que nuestra relación con la comida comienza desde el seno materno, así que imaginen todo lo que podríamos ligar al tema.
Los niños con problemas de peso (bajo o excesivo) generalmente tienen patrones de conducta o dinámicas familiares que cuando se corrigen cambian el peso en automático. ¿Cuántas personas conoces que bajan de peso y cuando les preguntas te dicen que no hicieron nada? Yo muchas, pero lo que veo es que cambian de actitud, algunas comienzan terapia o hacen alguna actividad nueva, que disminuye su ansiedad, dejan de comer todo el día y duermen perfecto… la cosa se traduce en “no hice nada que me costara un trabajo tremendo ni una dieta hipocalórica, ni ejercicio extenuante…” las personas sólo hacen un pequeño cambio que les da bienestar y el resto ocurre como cascada.
Poner atención a lo que sentimos, tener una relación de amor hacia nosotros mismos y ser constantes en los pequeños cambios hace magia. Por eso los nutriólogos trabajamos el cambio de hábitos.
Una cena no va a cambiar nada, una borrachera, un fin de semana o las vacaciones, porque los cambios requieren constancia y si tienes hábitos saludables, un día de “excesos o permisos o cheat meal” no tiene impacto… es como si entrenando un día pensaras en ganar una olimpiada, o un día en el “karaoke” te hiciera una estrella. Obvio las cosas no son así. Aristóteles decía “somos lo que hacemos repetidamente” y entonces si nos observamos y nos cuidamos tomaremos mejores decisiones, o al menos nos haremos conscientes de ellas.
Los cambios son tan fáciles o tan difíciles como queramos verlos. Tomar agua, una de las principales “quejas” de los pacientes es: “no me gusta el agua simple”, “no me la quiero pasar todo el tiempo en el baño”, “se me olvida tomar agua”, etc., pero entonces siguen tomando refrescos, agua de polco o de fruta o café (o lo que quieran agregar). Si quiero comenzar a tomar agua el paso 1 es tenerla a la mano y dejar de pensar que sabe horrible ¿me explico?
Otra cosa que tenemos en común para no cambiar de hábitos es: el de AA (alcohólicos anónimos), “sólo por hoy” pero a la inversa,la idea del sólo por hoy es hacer algo que nos acerque a nuestro propósito, a nuestra meta, no algo que “sólo por hoy nos mantenga en la conducta que no deseamos”. El sólo por hoy nos quita presión, si alguien nos pregunta si durante los próximos 20 años haremos tal o cual cosa, asusta… entonces ¿por qué no un solo por hoy? “sólo por hoy voy a tomar agua para estar bien hidratado y no estreñirme y cuidar mi riñón y tener una linda piel” suena mucho mejor que “la nutrióloga me dijo que tomara 2 litros de agua al día pero sabe horrible entonces mañana empiezo porque hoy hace frío y no tengo sed y sólo tomaré café”.
Cómo ves los cambios comienzan por dentro, porque de ahí parte nuestro pensamiento y con eso comienza gran parte del cambio.
Regresando al punto, esté increíble aceptarnos, pero también es válido querer mejorar, entender que hay cosas modificables y perfectibles y otras que no lo son. Si sientes que algo no está tan bien, si tienes un no sé qué o crees que eres la única persona que no puede tal o cual cosa, acude a los especialistas. Cuida tu alimentación y tu salud mental antes que nada.
En Nutrición MH te ayudamos a trabajar ambas cosas, porque no todo el peso ni lo que se ve, somos mucho más que eso pero siempre podemos trabajar para mejorar lo que no nos hace felices.
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