Siempre les digo a mis pacientes que la nutrición es, entre muchas otras cosas, una ciencia enfocada a la prevención; por lo tanto, en mi mundo ideal como nutrióloga me llegarían sólo pacientes para aprender a llevar un estilo de vida saludable y no aquellos para atender alguna complicación de urgencia, no digo que los segundos no puedan comenzar un estilo de vida saludable en cualquier momento, pero los gastos en salud que se podrían evitar son considerables, y ni hablar de las molestias ocasionadas, por eso esta nota está dedicada de manera muy general a los aspectos que se pueden optimizar con una nutrición adecuada en las distintas etapas de nuestra vida.
En la infancia, sobretodo en preescolar, un estado de nutrición adecuada determina el adecuado desarrollo neurológico y físico, así que para alcanzar el máximo potencial se tiene que asegurar este aspecto, si son las madres que quieren que su hijo sea el primero en caminar, el más inteligente, el más travieso y el más feliz… deben asegurarse de cubrir los requerimientos, hierro, ácidos grasos esenciales y calcio, por mencionar algunos. En etapa escolar y adolescencia, lo básico es cubrir el aporte de proteína, pero si les dan de más… tampoco crecen de manera adecuada, importante las horas adecuadas de sueño (que como les he dicho bastante es imprescindible para un estilo de vida saludables), actividad física y no restringir hidratos de carbono (a menos que alguna patología lo requiera), si alguien necesita carbohidratos en la vida son los adolescentes… están en crecimiento; mantener un peso saludable (ojo, no bajo peso) en esta etapa condiciona una pubertad adecuada: por ejemplo lo niños con desnutrición seguramente tendrán una pubertad tardía y las niñas con obesidad tendrán su periodo antes de lo esperado, terminando su crecimiento antes de tiempo, por lo que tendrán una estatura menor. En el caso de los adultos jóvenes, un adecuado estado de nutrición, los hará más productivos, prepara a hombres y mujeres para la reproducción y para un envejecimiento saludable (sí, lo que hagamos a esa edad determinará gran parte de nuestros “achaques” en la vejez); mujeres: esta es la etapa en la que los complementos funcionan mejor, porque previenen y no reparan (aplica para la piel y todo el cuerpo), hombres: no va a ser invencibles para siempre, así que coman bien y tomen agua. Los adultos mayores, tanto hombres como mujeres que hayan llevado un estilo de vida saludable vivirán más y mejor, su probabilidad de padecer enfermedades crónico-degenerativas será menor y tendrán mejor calidad celular, por lo que los síndromes de fragilidad, si aparecen, serán más leves que en el caso contrario; además tanto las funciones físicas como cognitivas se mantendrán por más tiempo, así que si quieren vivir más y mejor, ya saben cuándo comenzar.
Ya sé que algunos piensan que comer bien es caro, pero enfermarse es mucho más caro. Nadie puede vivir sin comer, que lo correcto sería decir “alimentarse” (y hacerlo), pero a eso súmenle las consultas médicas constantes, los medicamentos (que no todos son temporales), los tratamientos de rehabilitación, terapias, días de hospitalización… y así un sinfín de gastos que espero nos evitemos todos.
Los espero en el consultorio para comenzar ya, porque más vale prevenir, ¡que gastarse lo de las vacaciones en el médico!
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